Centro Cultural de Santa Catalina (antigua Parroquia de Santa Catalina)


La Iglesia de Santa Catalina es de gran antigüedad, habiendo sido reformada e incluso reconstruida varias veces. La noticia más antigua procede de las escrituras de 11 de Abril de 1411 que D. Enrique de Guzmán, conde de Niebla, señor de Sanlúcar y futuro duque de Medina Sidonia, otorga a los que se comprometen a repoblar la Torre de Guzmán. En ella aparece la petición de los vecinos para que se les repare o reconstruya la iglesia, a lo que accede el conde.
A partir de 1535 se llevan ininterrumpidamente los libros de Bautismos y Matrimonios, conservados hasta nuestros días. En el testamento de Juan de Heredia (1547), escribano, consta que el mismo tenía bóveda para enterramiento y capilla en la “Iglesia Mayor de Santa Catalina”, al igual que otras familias en el siglo XVI.
En el primer tercio del XVII se realizaron importantes obras, siendo de esta época la torre, sacristía, altar mayor con su bóveda, arco del cementerio, archivo, dependencia del sacristán y cuarto de enseres de la Hermandad del Rosario. La nave central de aquella época tenía una bóveda que descansaba en seis pilares de piedra labrada, con capiteles y seis arcos, tres a cada lado, con capillas adosadas.
En 1800 se construye el “cementerio nuevo” al sur de la iglesia. En 1885, el sacerdote D. Francisco de Paula Fernández-Caro y Pareja (1860-1944) aborda la tarea de renovar totalmente la iglesia. Al parecer, solamente quedó del edificio antiguo el campanario y el altar mayor con su bóveda, y tal vez alguna habitación, como la sacristía. Todo lo demás fue demolido, a excepción de las seis columnas primitivas de piedra, que fueron engrosadas con ladrillo para darles una altura acorde con la nueva bóveda de cañón que se había diseñado. Las obras duraron seis años y fueron proyectadas y dirigidas por el arquitecto D. Juan Bautista Olivares, titular de Chiclana, interviniendo el aparejador D. Cayetano Cano. Terminaron los trabajos el 4 de agosto de 1891 en cuya noche se hizo la bendición de la nueva iglesia por el Excmo. e Ilmo. Sr. obispo de la Diócesis D. Vicente Calvo y Valero. El ayuntamiento nombró al padre Caro hijo adoptivo y predilecto, dedicándole una calle en la población, inmediata al nuevo edificio parroquial. Desde 1920 el edificio presentaba deficiencias estructurales que aconsejaron su cierre.
Las primitivas columnas de piedra aún se encuentran hoy alojadas en el interior de las pilastras. Por su aspecto, esta piedra puede proceder de la cantera de “Jardal”, situada en el término de Conil, en la zona denominada hoy “Barrio Nuevo”, piedra que fue utilizada en cubierta de madera, a dos aguas la nave central y a una las laterales. Esta iglesia primitiva sería similar a otras pequeñas iglesias de la Reconquista, seguramente con influencias mudéjares.
Este esquema constructivo debió de sustituirse por el de bóvedas de ladrillo, mucho más pesado, que exigiría la transformación de las columnas en pilastras, seguramente en la operación del siglo XIX que se encuentra documentada, como antes se ha descrito, y cuya imagen clasicista es la actual del interior del templo. La bóveda de la nave principal es de fábrica de ladrillo de medio pie, reforzada mediante arcos fajones de ladrillo. Se apoya en el muro perimetral y a través del mismo, sobre los arcos que descansan sobre las pilastras rectangulares situadas entre las naves.
Su antiguo contenido en obras de arte, pinturas y esculturas, se encuentran hoy repartidas por otras iglesias de la población y la imagen de su titular, Santa Catalina, patrona de la villa en su época, preside hoy una capilla de la actual Parroquia de Santa Catalina.
Hay que reseñar también que el altar que presidía la capilla del Sagrario, fundada por D. Pedro González-Manuel y Dª Ana de Amar en 1615, es el altar mayor que hoy en día preside la capilla del hospicio de la Misericordia.
La antigua iglesia de Santa Catalina se encuentra rehabilitada y abierta al público como Centro Cultural desde el pasado año.